sábado, 28 de marzo de 2015

“Poco si son malas, mucho si son buenas” - Reflexionando

En esta entrada traemos una película estadounidense de los años 80 (1988 concretamente), con Tom Cruise y Dustin Hoffman como protagonistas de la misma.

La historia comienza con la muerte del padre de Charles Babbitt (Tom Cruise). En la lectura del testamento, Charles se encuentra con que tiene un hermano mayor desconocido, Raymond Babbitt (Dustin Hoffman) el cual está interno en una institución desde que él era muy pequeño a causa del autismo que padece. La cuestión es que Raymond es el heredero de toda la fortuna de su padre, mientras que su hermano pequeño se queda sin nada.
En un intento desesperado de conseguir la mitad de la herencia, Charles se lleva a su hermano (en lo que prácticamente es un secuestro) a Los Ángeles, y es en ese viaje en donde descubre tanto las increíbles habilidades de Raymond como sus tediosas manías.
Finalmente, y sin intención de destripar demasiado la película, Charles tiene que llevar de vuelta a Raymond a la institución de donde lo sacó.

Después de esta breve sinopsis, podemos destacar algunas cosas que quizás pasen por alto en una primera vista del film. En primer lugar, el internamiento de Raymond en un centro cuando nació su hermano pequeño. Deducimos con esto que los padres ni siquiera dieron una oportunidad a Ray, era algo que molestaba y se deshicieron de él para que no pudiera causar daños. ¿Actúa la sociedad actual de esa manera ante, ya no un autista, sino ante cualquier persona con diversidad funcional? Afortunadamente creemos que no tanto como pudiera hacerlo hace unos cuantos de años.

La siguiente cuestión que abordamos es la “incapacidad” que conlleva ese largo internamiento de Raymond. Cuando Charles se lleva a Ray, este es incapaz de sobrevivir por sí mismo y necesita una persona a su lado 24 horas al día para poder seguir como sea posible con sus tan preciadas rutinas.
Desde nuestra humilde opinión, pensamos que hay que trabajar en la mayor integración posible de las personas que tengan una “discapacidad”, ya sea mental o física. Todos funcionamos de una manera diferente, pero eso no significa que tengamos que ser excluidos de la sociedad, sino que hay que adaptarse a ella tanto como ella debe adaptarse a nosotros.

Como último punto, recomendar encarecidamente la película, de título "Rain Man". Aquí os dejamos el tráiler:


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